miércoles, 3 de noviembre de 2010

Entendiendo el Estado de Bienestar: Del idilio democrático-conformista (Parte 2)

Concluía la entrada de ayer lanzando una pregunta, ¿qué es mejor? ¿El conformismo o la actividad política?
  • El problema con el que nos encontramos a la hora de plantearnos una pregunta de este tipo es que es demasiado fácil caer en el estereotipo benevolente y parcial. Más fácil para mí sería decirles que debemos ser activistas, que no debemos conformarnos con nada. Que en la crítica se encuentra la razón y que no podemos ser ninguneados de esta forma. Pero, ¿dónde acaba lo sensato y empieza lo reaccionario? ¿Dónde la democracia por bandera y la barbarie por intención?
  • Suele decirse que a grandes males, grandes remedios. Sinceramente, dudo que uno de los grandes remedios de esta sociedad sea el manifestarse y el jugarse todo a una carta. Más que nada, porque resultaría inviable. La pasividad actual, secundada por ciertos medios de comunicación (que lo dan todo hecho y evitan el pensar) y fundamentada en el consumismo impide el llevar a cabo una reacción en masa.
  • A eso hay que unirle el sentimiento subyaciente del "más vale malo conocido". Por lo general, todos nos quejamos, pero nadie lleva nada a la práctica. Todo queda en un sí pero no. Y además, no interesa a nivel general intentar cambiarlo todo. La gente ha luchado mucho para conseguir lo que ya tiene, y lo que menos le importa es quien le diga lo que tiene o no que hacer. Se conforma para mantener una estabilidad que no admite como cada vez más inestable.
  • Por otro lado, desde los altos cargos políticos se insiste en que la solución es la palabra (o diálogo). ¿Hasta qué punto? Porque hace poco ocurrió algo bastante curioso. En el Día de la Hispanidad se abucheó al presidente de gobierno. En lugar de admitir que esos abucheos vendrían por algo, se lanzó el debate acerca de si se deberían prohibir. ¿Estamos en serio? ¿Y dónde queda la libertad de expresión? ¿Dónde el poder de la palabra? Me imagino que si en lugar de abucheos se hubiera dicho al presidente lo guapo que es, ningún debate se habría llegado a plantear.
  • Sin embargo, no podemos ser animales. No podemos llegar a la revolución armada. Esta lo único que trae es hambre, incultura y pobreza, tal y como planteé en la anterior entrada. Además, siempre puede llevar a la confusión de prioridades y al enaltecimiento de falsos ídolos. Algo semejante a lo que sucede en mi país, en el que con la excusa del comunismo, Chávez se dedica a expropiar terrenos y propiedades en lugar de gobernar conforme a los ideales que pregona.
  • La solución es una revolución armada con la cultura. Una masa que se dedicara a culturizarse y les golpeara donde más les duele, en el bolsillo. Un grupo que renegara de la alienación que supone el consumismo y los medios. Redescubrirnos en los libros. Renegar de las modas. Aún así, esto no deja de ser más que una utopía.
  • En conclusión: me quedo con la pasividad, si tengo que quedarme con algo. La única revolución que conocemos es la armada, y esta iba a acabar trayendo más problemas que beneficios, por lo menos a corto plazo. Hasta que sepamos que el arma más potente es la cultura, aún queda un tramo muy largo que cada vez se difumina más. ¿Qué puedo deciros que os sea útil a aquellos que acaben de llegar? Que no creáis a nadie y que miréis más de una vez y en fuentes distintas aquello que os quieran inculcar. Y lo más importante: no os dejéis convencer.

3 comentarios:

  1. Querido Zapata.
    Me gustan mucho tus reflexiones, debo comentar que ahora mismo este tema del bienestar social tal y como lo has enfocado es bastante interesante sobretodo si miramos a la vecina Francia. Ese pasotismo burocratizado al que hemos llegado deberia mirarse al espejo de las juventudes francesas, que no necesitan a un gran sindicato para ponerse en pie. Acción -Reacción. Creo que hay factores más intrinsicos en la cultura de una sociedad que determinan el levantarse y luchar o quedarse sentados. no hace falta salir a las calles con un caldero a lo argentino (aunque entren ganas) o taparse la cara y tomar las armas como los zapatistas. Los suecos nos acaban de dar una lección sobre las pequeñas cosas que podemos hacer para que ese estado de bienestar añorado por nosotros, consumistas ya por pasividad pura, reaccionemos un poco y valoremos que lo conseguido aqui lleva un deterioro allá (aqui va cualquier país tercer mundista)con la exposición de los documentos de wikileads. Valorar la pasividad como un aopción inteligente y razonable simplemente porque la hayas argumentado no te quita ni un ápice de peso. La concencia es tuya compañero.

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  2. ¡ Hola Guadalupe !
    Bienvenida al blog, espero que sea de tu agrado, aunque esté todo un poco tirado.

    Agradezco que te gusten mis reflexiones, es un honor, aunque no es nada que apreciar: mis palabras están escritas por la actualidad. No soy más que un transmisor y un servicio público para aquel que desembarque en este océano en el que, si no sabes mirar, todo se encuentra plagado de tiburones. Mi problema es que no sé ser imparcial. Espero que comentarios como el tuyo me ayuden a mejorar.

    Lo de Francia resulta admirable a la vez que sorprendente. Es decir, admirable la conciencia social que existe, la moral de grupo, la ética del enjambre; sorprendente que tenga que llegarse a ello en un país que inventó aquello del "liberté, fraternité, equalité" (igualmente sorprendente que provenga de Rousseau, vilipendado socialmente). Por ello, por lo menos para mí, en Francia se está produciendo algo que no puede sostenerse. Una revolución febril que está condenada a solaparse por los mecanismos del bienestar. Los mismos que intentan expulsar a los gitanos. Y no es por otra razón que la que establece el "quien a fuego mata, a fuego muere". No podemos combatir la ineptitud de los mandatarios con barricadas. Deberíamos lograr que la dialéctica recuperara su poder. Al fin y al cabo, a mí me duele más una verdad bien dicha que un puñetazo. ¿Cuándo abriremos los ojos?

    De ahí que mencionara la pasividad como única opción posible (que no inteligente ni razonable -si di eso a entender, mis disculpas-, sólo posible). Porque mientras nos haga falta emular conciencia social mediante revuelta social, el problema permanece.

    Así, ¿qué hacer? Poner nuestro granito de arena. ¿Confío en que esto haga cambiar todo un sistema? En absoluto. Pero no podemos dejarnos seducir por el instinto de revolución.

    Lo de Suecia es admirable, pero al fin y al cabo, ¿cuánta gente ha llegado a admirar su gesto? ¿A cuántos les han dejado? Bueno, algún privilegiado, tras escarbar en el cambio de gobierno del presidente, en el orden alfabético de los apellidos se habrá dado cuenta...

    En definitiva: la alienación nos ha llevado a esto. El problema es que todos sabemos cual es la solución... y nadie hace nada. No me gustaría que fuera así, pero ojalá llegue el día en que todo se haga insostenible, nuestras voces sean una y ellos lleguen a escucharla.

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  3. http://www.elpais.com/videos/internacional/gente/pide/cambio/elpvidint/

    ante la pasividad: ejemplos.

    La lucha tiene que estar basada en amor: propio y hacia lo que te rodea, si acabaras viendo acciones grandes como meros teatros del control de masas.

    admira los cambios. Y no seas como ellos. no les quites peso.

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