Me habría gustado poder publicar ayer, pero al final me fue imposible. Incluso lo fue acudir a la universidad. Madrid es una ciudad encantadora, hasta que te toca ir de un lugar para otro, encajando tus horarios con el del metro y los autobuses (pues nunca es al revés, aunque los mensajes esperanzadores de las marquesinas se empeñen en convencernos de que los trenes del suburbano vuelan).
Desde el ultimátum de mi compañero de piso,pasé las fases típicas que se manifiestan ante un problema. Desesperanza la primera, resignación la segunda y recuperación de la esperanza en tercer lugar, aunque esta es en realidad una prolongación de la segunda. Así que después de darle vueltas y más vueltas, de consultarlo con la almohada como dicen por aquí, decidí que había que sobreponerse a todo esto y tirar para adelante. No había llegado tan lejos para ponerme a llorar. Además, si hubiera decidido volverme, no tendría otro medio que no fuera nadando. En fin, madrugué, apañé un currículum como pude (y con lo que pude) y comenzó la odisea. En realidad, no me considero mal preparado. Tengo ciertas nociones de inglés que me permiten hablar con cualquiera y llegar a entenderme. Tomé clases de informática en la capital, a pesar de lo precario, que me sirvieron para utilizar procesadores de texto con soltura. Añadido a esto, también partipé del negocio familiar (agricultura y cierto comercio) mientras acababa el bachillerato que se dice por aquí. En definitiva, creo que tengo la preparación del joven medio español (aunque hace poco leí algo de los que denominan ''generación ni-ni'', a los que me referiré en alguna otra entrada).
Así pues, con unas 30 copias, me eché a la calle, dispuesto a comerme Madrid. Ingenuo de mí. Mis compañeros me dijeron que fuera a grandes zonas de comercio. Una cercana era la Calle Preciados, con centros como El Corte Inglés y Fnac, así como tiendas de ropa casual (Zara, o algo así).
"Pequeña" y "oscura" Preciados en Navidad.
Tal y como os he comentado hasta hoy, los gestos racistas por mi condición venezolana no se habían hecho excesivamente tangibles. En realidad, quitando el caso del metro, me sentía igual que un joven español, al que la gente temía pues de igual manera que se teme a cualquier joven. ¡Cuánta razón llevaban mis compañeros cuando decía que aún no había visto nada! En mi búsqueda de trabajo se dieron las siguientes variables. Dado que los casos son muy semejantes y numerosos, analizaré los más comunes:
1º- No eres tú, soy yo: Esta frase, tan típica en los noviazgos (muy original, se oye a cada momento en el autobús), designa la variable más común. Consistía en lo siguiente:
Yo: ''Disculpe, ¿podría dejar mi currículum?''
Dependient@: ''Un segundito que hable con el encargado''
(Tras varios minutos de incertidumbre, se acercaba el/la dependient@ con gesto de resignación, mientras el encargado se quedaba con los brazos cruzados y el gesto orgulloso)
Dependient@: ''Mira, no es por tí, no te sientas ofendido. No es que seamos racistas, entiéndelo. Pero es que, de verdad, es que hemos tenido malas experiencias con extranjeros. Así que de momento no tenemos trabajo para tí. Pero es política interna, y además, la situación laboral es compleja. Lo siento''
2º- Trabajos para ¿ella?: en realidad, tiene dos variables. Primera, la de que en realidad únicamente se acepten chicas y la segunda, la variable racista. Se dió en mi día de búsqueda en un porcentaje de un 75% y 25% respectivamente. La variable racista es aquella en la que a un chico extranjero no le cogen el currículum y a uno español sí. ¿Pero no era para chicas? No entraré en cuestiones de feminidad, en fin.
3º- De cuajo: la más honesta y la más agradecida, aunque en realidad no es la más agradable. Símplemente te rechazan por tu condición de extranjero y punto. Por lo menos no te dejan con la incertidumbre ni te embelesan con eufemismos. Se limitan a arrancarte la honra y la esperanza. Y oye, que no te hagan esperar tras 9 horas recorriéndote Madrid es algo que se agradece.
Desesperanzado tras 12 horas echando currículums, desesperanzando tras 12 horas de medias sonrisas y verdades a medias allá donde iba (hasta pregunté en el hospital que comentaba Endrina, gracias por la info., pero me dijeron que no cogían a nadie más), decidí que un dulce no le amarga a nadie, así que recalé en la pastelería de mi barrio. Este negocio es un pequeño local familiar, la típica panadería castellana. Me produjo curiosidad el hecho de que se buscara personal, así que aparte del pastel, pregunté por el trabajo. El tipo, español de mediana edad, mostró un gesto reacio y se refugió en la trastienda. A pesar de que me habían tentado con esa 1ª variable durante todo el día, me quedé a escuchar la que sería la última del día. Su mujer y él tuvieron una conversación semejante a la siguiente:
Hombre: ''Pero si es que es sudaca, ¿cómo vamos a meterle aquí? Mira que llevamos años como para tirarlo todo por la borda...''
Mujer: ''Dime que pasó con el último español que contratamos. Vamos cuesta abajo y sin frenos, necesitamos cubrir ese puesto ya o te digo que quebramos...''
Hombre: ''Vale, pero como no rinda a la primera, le echo''
Así que mañana (en realidad hoy) iré a verle para detallar horarios y demás. Me esperanzó bastante la opinión de la panadera, una mujer de raíces puramente españolas que tuviera esa apertura de miras. Tal y como os decía el otro día, también queda por aquí gente de corazón cálido.
Por lo pronto, lo daré todo en este trabajo. En realidad, de él depende mi estancia en este país, mis estudios, todo lo que es mi vida ahora. No voy a rendirme tan pronto. No voy a rendirme.
Espero que algún día me cuenten sus andanzas de manera despreocupada, totalmente integrados. Yo ya estoy empezando. Os deseo toda la suerte del mundo. Y recordad, incluso la última opción, aunque descabellada, sigue siendo válida.
Futuro trabajo, aunque espero que remasterizado.
P.D.: Siento que mis entradas se centran demasiado en lo emocional, así que haré una serie de ellas que consistan en los avances que voy observando día a día respecto al lugar de donde provengo.
Foto prestada: Preciados -> http://www.fotomadrid.com/fotos/dsc_8235.jpg Horno de pan>http://es.museodiromaintrastevere.it
Hola Miquel, primero que nada, gracias por tu comentario, necesitaba oir algo de sensatez.
ResponderEliminarRespecto a tu entrada, por desgracia, llevas razón, a mi me han cogido cuando he dejado curriculums en tiendas de ropa joven y cosillas así, en otras me decían que no querían extranjeros y etcetc, con muy bonitos eufemismos,por supuesto, que se podrían ahorrar y así yo tiempo también. Yo al final he conseguido trabajo (lo puse en mi entrada), necesitan 4 más, mira en el blog mio lo que es y si te interesa mañana lunes te acompaño. Bueno espero que le vaya bien, besos!